¡Las cuerdas vocales no se rompen! ¡Atrévete a experimentar!
Por el miedo al daño a la laringe o los pliegues vocales, muchos cantantes quedan estancados en su desarrollo vocal, pero las cuerdas vocales no son de cristal, no son de algodón, no es fácil dañarlas...
¿Qué son las cuerdas vocales?
Los pliegues vocales (comúnmente conocidos como "cuerdas vocales") están compuestos principalmente por 5 capas con tres tipos de tejido diferentes. En su parte más profunda está el músculo tiroaritenoideo, llamado así porque une al cartílago tiroides con el aritenoides; luego hay tres capas de lámina propia, que son capas intermedias con una consistencia gelatinosa, que permite que los pliegues vibren y produzcan sonido; en la superficie tenemos una capa de epitelio.
Las cuerdas vocales son músculos, no son de algodón
Las cuerdas vocales principalmente son músculos ¡no son de algodón! Los pliegues vocales poseen gran elasticidad y muy buena capacidad de regeneración.
Es frecuente que escuchemos decir "si rompes las cuerdas de la guitarra puedes cambiarlas, pero si rompes tus cuerdas vocales ya no hay reparación" y, si bien es cierto que un daño severo en los pliegues vocales no se soluciona tan fácil como una rotura de cuerdas de la guitarra, la realidad es que es que los pliegues vocales no son dos "cuerdas" finas que se van a romper con un poco de esfuerzo.
Los pliegues vocales están diseñados para tolerar millones de vibraciones diarias. Por ejemplo, si sostienes un A4 (La de 440hz) durante 10 segundos, habrás hecho vibrar a tus pliegues vocales 4400 veces ¡en sólo unos segundos! En una sesión de una hora de ejercicio vocal o canto, ¡probablemente hagas vibrar a tus pliegues más de 1 millón de veces!
El uso excesivo o incorrecto de la voz puede generar inflamaciones de la faringe o laringe, puede generar fatiga, o incluso micro desgarros, pero las cuerdas vocales jamás van a "cortarse" como las cuerdas de una guitarra. Lamentablemente, muchos cantantes han desarrollado un gran miedo a experimentar con la voz, porque se les ha enseñado a tratar a sus cuerdas vocales prácticamente como si estuvieran hechas con dos hilos de algodón.
Conoce los límites de tus músculos vocales y busca un método correcto
La mejor forma de progresar con cualquier clase de entrenamiento muscular es llegar hasta los límites e ir superándolos progresivamente.
Por ejemplo, un contorsionista, o un experto en taekwondo que quiere desarrollar un apertura de piernas completa (como Jean Claude Van Dame, por ejemplo), no va a progresar si se para todos los días en una separación de piernas de ancho de hombro. Tiene que hacer ejercicios de elongación que lleven a sus piernas al límite de su capacidad elástica. Del mismo modo, si queremos entrenar la elasticidad de nuestros músculos laríngeos, tenemos que llevarlos a sus límites.
Por otro lado, si una persona, al practicar su apertura de piernas, lo hace sin calentamiento previo y hace una fuerza excesiva para generar la apertura, corre el riesgo de desgarrarse el músculo. Pero si eso sucede ¿significa eso que nadie jamás debería practicar ese ejercicio nuevamente o es sólo que la persona no se ejercitó correctamente?
Con la voz pasa algo similar, hay ejercicios que pueden ser muy buenos si se hacen bien, de la forma correcta, pero que pueden causar daño en la voz si se lo hace mal, de forma forzada, o sin el orden apropiado.
Para poder entrenar correctamente la voz es necesario siempre calentar primero, para que los músculos estén en las mejores condiciones para llegar a su máximo nivel de elasticidad. Además, es necesario tener una rutina de vocalización bien pensada.
El entrenamiento de la voz tiene que ser paso a paso y progresivo. Si en algún momento un ejercicio te hace picar, traer molestias o dolor, deja de hacerlo, descansa tu voz, intenta otro día. Si un mismo ejercicio te produce molestias constantes, deja de hacer ese ejercicio o investiga si algo estás haciendo mal. Desarrollar el autoconocimiento es muy importante.
Concéntrate en lo que estás haciendo
Toda actividad en la vida que se hace con concentración tiene mayor rendimiento. Por supuesto, puedes vocalizar mientras lees un libro o juegas con tu PC y de todos modos obtener beneficios. Pero vas a tener muchos mejores resultados, sobre todo si recién estás comenzando, si te concentras plenamente en la ejercitación.
Cuando hagas vocalizaciones o cantes canciones, concéntrate en sentir las diferentes partes de tu cuerpo, intenta prestar atención a lo siguiente:
- Cómo está tu postura, si sientes incomodidades o desequilibrio.
- La respiración, presta atención a qué músculos se tensan y relajan mientras inspiras y mientras cantas, la diferencia que se produce en diferentes ejercicios, o en qué notas sientes que tienes que hacer mayor esfuerzo o menor esfuerzo. Siente tu respiración en las diferentes partes de una canción.
- La garganta: siente lo que sucede en tu garganta, si está abierta o cerrada, relajada o comprimida y qué sensaciones tienes al producir la voz en las canciones y vocalizaciones.
- Las vibraciones: según como emitas la voz y las notas que hagas, sentirás vibraciones en diferentes partes del cuerpo. Si bien el sonido resuena principalmente en el tracto vocal, hay vibraciones de reflejo en todo el cuerpo, en el pecho, la cabeza, detrás de los ojos, en la nuca, en la nariz, en la garganta misma ¡y hasta en los pies!. Es posible que sientas vibraciones en diferentes partes del cuerpo. Estas vibraciones pueden servirte como guía, si has hecho algo que suena bien y se siente bien, memorizar el punto de vibración te ayudará a poder repetirlo. Esa memoria sensorial ayuda al cerebro a ajustar los mecanismos laríngeos. Esto es lo que en técnicas antiguas se ha transmitido como la "colocación" de la voz.
Trabaja sobre tus límites y ¡Atrévete a experimentar!
Si quieres realmente desarrollar rápido tu voz, de forma eficiente, tienes que conocer tus límites y trabajar sobre ellos cada día. Si trabajas muy por debajo de tus límites por miedo a dañar la voz, notarás que tu desarrollo vocal va a ser muy lento. Si te excedes de los límites, generarás mayor fatiga vocal y puedes producir un daño o inflamación. El secreto está en trabajar justo en los límites.
Tus músculos vocales son muy fuertes, se regeneran rápido ante un daño y soportan mucho maltrato. Esto no es excusa para dañarlos a propósito, pero sí debes tenerlo en cuenta para vencer los miedos a la experimentación. No tengas miedo a hacer un agudo potente, una voz con distorsión, una compresión vocal extrema, o a experimentar con diferentes formas de respiración.
A lo largo de más de 15 años de entrenar la voz he hecho muchos experimentos con la voz, muchas veces pasando mis límites y causando molestia o fatiga, pero nunca nada grave, mi laringe se mantiene perfectamente saludable. Experimentar sobre los límites me ha ayudado a conocerlos, entenderlos y poder trabajarlos.
Por eso repito ¡no tengas miedo! Sólo sé prudente, concéntrate, conócete a ti mismo (o a ti misma) y ¡practica! Por supuesto, si sientes molestias continuas o algún tipo de dolor que se repite, deberás consultar a un profesional (otorrinolaringólogo y fonoaudiólogo) para verificar que no haya algún problema serio y también recibir la asesoría de un buen maestro de canto.
Un buen maestro de canto puede ahorrarte mucho tiempo y dificultades, eso no significa que no puedas aprender muchas cosas solo, desde tu casa, pero a veces invertir un poco de dinero puede ahorrarte meses o años de búsqueda. No obstante, si vas a hacer las cosas sin supervisión, presta atención a cada sensación y "escucha" las señales de tu propio cuerpo. Si recién comienzas y aún no puedes pagar un profesor, puedes comenzar con mi curso de canto gratis, que te proveerá de lo necesario para comenzar de la forma correcta.
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